jueves, 19 de junio de 2014

MUMBLECORE

MUMBLECORE: Movimiento cinematográfico que nace en el seno del cine independiente americano. Las películas se caracterizan por ser de muy bajo presupuesto, girando en torno al drama-comedia. Suelen estar rodadas en digital, y ubicadas en Estados Unidos.


SEC 1 / BARRIO. EXT. TARDE.

Dos amigos. Dos amantes desde la última vez que se vieron. Se encuentran en la calle y se saludan con la mano cordialmente, en esa zona no puede haber más afecto entre dos hombres. Ambos visten de manera informal. Uno más desenfadado que el otro. La tensión sexual se hace evidente. Se miran una y otra vez como si fuera la primera vez que se ven y sonríen, se sonríen mucho el uno al otro.

ÉL (1): ¿Qué ocurre?

ÉL (2):
 Nada, nada. Sólo pensaba.

ÉL (1):
 Siempre piensas.

ÉL (2):
 Sí, siempre tengo a los enanitos trabajando.

ÉL (1):
 Creí que habíamos quedado que ambos odiábamos los cuentos de hadas.

ÉL (2):
 Y los odiamos, aunque también me dijiste que en cierto modo te gustaba creer en ellos… ¿Dónde vamos?

ÉL (1):
 Hacia donde nos lleven nuestros pasos (estúpido piensa)


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SEC. 2 / LOCALIZACIÓN INDEFINIDA EXT. TARDE.

La pareja sonriente pasea por la ciudad, ambos quieren demostrar que a pesar del nerviosismo y de los lugares comunes que guían la conversación hay algo más. La alergia de uno, el asma del otro, la capa de polen que cubre el suelo… Discretas cogidas de mano y ligeros roces hacen que poco a poco se vaya aligerando la tensión de los cinco minutos anteriores.

ÉL (2):
 Vamos al bar al que me llevaste la primera vez.

Él (1):
 ¿A la cervecería? Venga


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SEC. 3 / CERVECERÍA INT. TARDE

A esa hora casi no hay gente. La gente que frecuenta ese tipo de bares todavía no ha salido de trabajar. La camarera les saluda, sólo han estado allí un par de veces y pero ya les conoce. Antes de sentarse paran en la barra. La decoración del bar es ecléctica, oscila entre el kitsch y el rock. Pesadas mesas de madera oscura y la paredes repletas de fotografías, anuncios vintage, carteles de conciertos pasados, fotografías de pin ups. La única iluminación está tras la barra. Suficiente para dar luz e intimidad.

ÉL (1)
: Ya sabes que la elección corre de tu cuenta.

ÉL (2):
 Me dijiste que las cervezas tipo pilsener no te gustaban ¿no?

ÉL (1):
 No, son pis de gato.

ÉL (2):
 Vale. Pero no entiendo esa comparativa teniendo en cuenta lo loco que te vuelves cada vez que vemos un gato por la calle.

ÉL (2):
 Ponme dos… (ÉL (1) no sabe lo que ha pedido)

LA CAMARERA:
 ¿Te parece bien?

ÉL (2):
 Me parece perfecto. Me gusta mucho la cerveza pero siempre voy a tiro fijo, así que casi nunca experimento.

LA CAMARERA:
 Yo creo que esta te gustará. A casi todo el mundo le gusta.


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SEC. 4 / CERVECERÍA INT. TARDE.

La pareja ocupa la mesa de la vez anterior y se enrolla en una conversación larguísima sobre su pasado reciente. Ambos están en un momento extraño, están muy bien juntos pero hay obstáculos que habría que sortear y ninguno sabe qué será de su futuro y tampoco se lo plantean. Simplemente el tiempo dirá.



Ha caído la cerveza y la pareja decide ir a tomar el aire. Ambos coinciden en el placer que les produce pasear.


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SEC. 5 / PARQUE EXT. NOCHE.

La pareja ha recorrido la ciudad y ha terminado paseando por uno de los nuevos parques que han construido a las afueras, árboles minúsculos, aparatos para que los ancianos hagan ejercicio, flores y un falso arroyo que divide en dos el paseo. No es demasiado tarde pero como ya se ha escondido el sol y ha caído el calor pre estival andantes y corredores apuran hasta el último momento para hacer sus ejercicios.

ÉL (1):
 No sé que ha pasado en esta ciudad. Hay más gente en la cola de Decathlon que en la de Mercadona.

ÉL (2):
 Es cierto. A la gente le ha dado por la vida sana. ¿Sabes? Cuando viví en Alemania mis compañeros de piso me decían que estaba loco porque aunque hiciera un frío de mil demonios o lloviera o nevara yo salía todos los días a correr. Era el único momento en que podía parar mi cabeza.

ÉL (1):
 Piensas demasiado.

ÉL (2):
 Pues como tú. Anda vamos a sentarnos que me duele la rodilla después del paseo que me has dado. Elige un banco a mí me da igual.

ÉL (1):
 ¿Te has dado cuenta que nunca improvisamos? Que siempre estamos eligiendo. ¿Nos sentamos aquí?

ÉL (2):
 No… Aquí hay mucha luz.

ÉL (1):
 Ves como no te da igual. Venga que te llevo a lo oscuro.

La pareja se dirige al banco más oscuro que encuentra mientras se da cuenta que un murciélago revolotea por allí.

ÉL (2):
 No me gustan los murciélagos.

ÉL (1):
 A mí sí. Todas las noches hay uno en la ventana de mi habitación. Me gustan los murciélagos. Me gustan los vampiros.

El coqueteo ha dejado de ser discreto. ÉL (1) ya no entrecierra los ojos cuando sonríe. Mira directamente a los ojos a ÉL (2) y le pasa el brazo por detrás de la espalda, sobre el banco.

ÉL (2):
 Pero los vampiros tipo Anne Rice o tipo Stephenie Meyer.

ÉL (1):
 No sabría decirte. De Entrevista con el vampiro me gusto la película los libros me parecen malísimos.  No entiendo muy bien porqué la gente que entiende de vampirología respeta tanto a Anne Rice, supongo que las traducciones al castellano son malas. Sin embargo en Crepúsculo me hace gracia eso de que se vuelvan de purpurina cuando les da el sol. En cualquier caso me quedo con Bram Stoker.

ÉL (2):
 Yo leí Entrevista con el vampiro en inglés y es igual de malo. No te preocupes.

Silencio. Miradas y besos. Besos. Una miríada de besos por todas partes. Se suben uno sobre el otro. Se tocan por todas partes. Sobran las gafas que salen despedidas. Sobra la ropa y ÉL (1) se acuerda de su amiga y del momento en el que le regaló ese pantalón vaquero que tan buen culo le hace pero que tanto le aprieta la polla ahora. La pareja se devora sin importarle lo que pueda pensar la gente que pasa a su alrededor. En la ciudad en la que los maricas no se pueden mostrar ellos viven su emoción. Saben que les miran pero les da igual. Ellos están tan entregados que los obstáculos del camino no importan. Simplemente viven ese momento.


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SEC. 6 / PARQUE EXT. NOCHE.

La pareja se detiene un momento. Sus bocas están desolladas. Sus lenguas agotadas. Sus cuellos vampirizados.

ÉL (1):
 Creo que es hora de que te vaya llevando a casa Cenicienta. Van a dar las doce, tú estás muy cansado y mañana tienes que trabajar.

ÉL (2):
 Me quedaría aquí toda la noche. (Se abrazan) Contigo me pasa una cosa muy rara. Al principio me corto, pero después me lo pones todo tan fácil que nunca te soltaría. Si no fuera por lo que me pasa todo sería mucho más fácil.

Él (1):
 Que tenga que ser yo el que ponga un poco de cordura…

ÉL (2):
 ¿Por qué dices eso?

ÉL (1):
 Porque en este último año no he parado de escuchar que soy un inconsciente. Pero da igual. Vamos Cenicienta.

ÉL (2):
 Tienes que dejar de creerte todo lo malo que dicen por ahí. Además por lo que veo y lo que me cuentas eres un encanto. Y no vuelvas a decirme Cenicienta.

En ese momento ÉL (1) se acuerda de A. A. B. y M. las personas que más se han hartado de decirle esas mismas palabras.

La pareja camina cogida de la mano de vez en cuando se para besarse. A ÉL (1) se le antoja estar viviendo su pequeña película indie. Y sonríe y le besa por hacerle sentir esa sensación de bienestar que hacía tiempo había olvidado. Ha olvidado que fuma. Ha olvidado que hay basura fuera de esa película. Por un momento su cabeza se ha detenido.

ÉL (1):
 Sé que no te gustan los cumplidos. Que te ponen nervioso porque nunca sabes como responder, pero consigues hacer que mi cabeza se detenga.

ÉL (2):
 No me gustan los piropos porque sí. O sea, eso de que me digan Qué guapo eres, o qué bueno… Pero que me digas eso me halaga la verdad y sobretodo después de haberme contado lo que me has contado.

ÉL (1): Por un momento me he imaginado viviendo en una película de esas tan modernas y tan pretenciosas en blanco y negro que tanto me gustan.

ÉL (2):
 (Rie) ¿Cómo me dijiste que se llamaban? y ¿Y qué y a quién tenía que ver?

ÉL (1):
 Mumblecore. Frances HaGreta Gerwing. Weekend. Funny Ha Ha. Girls. Lenna Dunham. Pero hay que ver primero a los padres de todos y todas ellas John Cassavetes  y Gena Rowlands y haz el favor de pararme porque como empiece con disertaciones cinematográficas no vas a querer volver a verme en lo que te queda de vida.

EL (2): (Le agarra por la espalda y le coge del cuello) ¡PARAAA!


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SEC 7 / BARRIO EXT. NOCHE.

La pareja llega a la casilla de salida y a ÉL (2) le cambia la cara.

ÉL (1):
 (Sabiendo la respuesta pregunta) ¿Qué te pasa? Te ha cambiado la cara de repente.

ÉL (2):
 Los enanitos.

ÉL (1):
 Pues deja a los enanitos trabajar, ya irán para un lado o para otro y no intentes controlarlos. De momento ahora cuando llegues a casa, ponte el muro ese del que me has hablado tantas veces y que tanta envidia me da y descansa.

ÉL (2):
 No me puedo creer lo que me está pasando.

ÉL (1):
 ¿Qué te está pasando? Dejémoslo para otro día así podré contarte más cosas. Ahora, haz el favor de darme un empujón porque si no, no me iré nunca.

ÉL (1) le empuja al otro lado de la acera y su cara también cambia. Apoya la cabeza en el poste de una señal de tráfico y le da pataditas con las Converse azules. Le mira de reojo y sonríe melancólico. No sabe como despedirse de esa tarde en la que viviría eternamente. ÉL (2) le abraza y le besa en el cuello. ÉL (1) responde al abrazo y entierra su cabeza entre su cuello y le vuelve a morder. Le marca.
Se despiden con un beso en la mejilla y ÉL (1) siente que tal vez ese sea el mejor de todos los besos de la tarde.

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